La diplomacia del Ping-Pong

Si pienso que allá por los 70 el futuro de la paz mundial dependió en cierto modo de una partida de ping-pong, me entran hasta escalofríos y todo. Y es que, sin pretensión de engrandecer nuestro deporte por este episodio histórico, resulta increíble que dos naciones como China y EEUU, después de más de dos décadas de enfrentamientos (no sólo diplomáticos, también armados en Corea y Vietnam) , consiguiesen a través del ping-pong abrir una vía para la paz, tan increíble que a mí me resulta difícil de creer. El caso es que el 10 de abril de 1971, en el Mundial de Ping-Pong de Nagoya (Japón) un jugador estadounidense, Glenn Cowan, después de los entrenamientos subió al autobús del equipo chino. La versión oficial es que Cowan había perdido su autobús y que uno de sus rivales chinos le hizo una seña y lo invitó a subir al de su delegación (hay quien dice que le picó la curiosidad y osó a subir sin más. Y otros que fue por error, ¡¡Venga ya!!) . Zhuang Zedong (el jugador chino en cuest...